La implementación de Acuerdos de Acceso Administrado para Medicamentos es una estrategia clave para la sustentabilidad y equidad en el Sistema de Salud

El financiamiento de nuevas tecnologías es un gran desafío para las organizaciones de salud. El elevado precio de la innovación amenaza la sustentabilidad del sistema, genera inequidades en el acceso a las prestaciones y promueve una alta conflictividad entre los Financiadores, los pacientes, los prestadores, los productores de tecnología; en la mayoría de los casos, ante el vacío regulatorio, estas tensiones se resuelven a traves de la judicialización.
El ritmo de la investigación y desarrollo de nuevas moléculas por parte los productores de tecnología, combinados con el envejecimiento poblacional, hacen necesario contar con modelos de financiamiento innovadores.
Los acuerdos de riesgo compartido son contratos entre los Seguros de Salud y los productores de tecnologías para el acceso de los pacientes a medicamentos sujeto a condiciones especificas.
ISPOR—The Professional Society for Health Economics and Outcomes Research propuso en el año 2013 una taxonomía de este tipo de acuerdos y los dividió en dos grandes grupos: los acuerdos de costos compartidos y los acuerdos basados en el desempeño.
Los acuerdos de costos compartidos tienen diferentes modalidades que permiten una adecuada planificación presupuestaria para los stakeholders y beneficios económicos para ambas partes.
Los acuerdos basados en desempeño ( riesgo compartido) permiten compartir la incertidumbre respecto a la efectividad de nuevas tecnologías, vinculando el pago del medicamento a resultados clínicos pre-establecidos.
La implementación de este tipo de acuerdos avanza progresivamente en nuestro medio. Requiere un esfuerzo por parte de todos los stakeholders para romper el status quo, generar nuevos procesos de gestión ( compras, contratos, controles de pre-utilización), asi como una gestíon de análisis de datos robusta.